Carta a los amigos y bienhechores de la Misión de los Cooperadores de la
Verdad en el Callao
28 de febrero de 2020
Varias personas durante los últimos meses se han acercado a nosotros, los hermanos “Cooperadores” que misionamos en la Parroquia-Colegio “Santa María de Guadalupe”, para mostrar su interés en tener alguna información “de buena mano” de lo que vivimos en la misión. Ciertamente percibimos que tal interés nace, no la curiosidad, sino del reconocimiento amoroso de la obra que Dios aquí está realizando. Estas muestras de interés nos han empujado a mostrar algunos destellos de esta obra y, sobre todo, agradecer a tantas personas, familias, monasterios contemplativos, fundaciones, empresas… que por medio de la oración y el compartir sus bienes, son los instrumentos concretos por los que la Providencia de Dios actúa y se manifiesta entre los pobres que a ella se confían.
Este año, si las restricciones de la pandemia lo permiten, vamos a comenzar a construir un nuevo colegio en el solar donde se asentaba el edificio antiguo, aquel que conocimos cuando llegamos aquí hace seis años y declarado “en ruina”, para sorpresa nuestra, pocos meses después. Durante estos seis años hemos ido ocupando progresivamente y llenando de niños el edificio, ubicado junto a la parroquia, destinado entonces a Seminario Diocesano. Esta progresiva ocupación ya no puede avanzar… El edificio se ha quedado pequeño ante la multitud de niños que año tras año, cada vez en mayor cantidad, han venido a ocupar las ramas de este árbol en que se está convirtiendo, desde el germinar de una pequeña semilla de mostaza, el Colegio-Parroquia “Santa María de Guadalupe”. Es el momento de “ensanchar el espacio de la tienda” y, por ello, confiados en la Providencia que no dejará sin una “santa educación” a sus hijos y “llevará a término la obra comenzada”, nos hemos lanzado, urgidos por la necesidad, a iniciar la construcción de un nuevo edificio que albergará a los jóvenes de Secundaria a quienes hemos visto crecer junto a nosotros durante estos seis años. Es un colegio que en verdad caminaal paso de los niños. A medida que los niños pasan por él y van creciendo, también el colegio crece con ellos y a su paso .
Durante este mes y medio que hemos estado en Valencia, desde el 27 de diciembre al 16 de febrero, para afianzar y consolidar la comunión fraterna con nuestros hermanos “Cooperadores de la Verdad” y atender las necesidades de nuestros padres ancianos, nos han sorprendido cómo nuestras sencillas y humildes peticiones de ayuda han recibido una generosa acogida de diferentes empresas que nos han donado un material abundante y de calidad para la construcción de este nuevo colegio. Agradecemos a la empresa “Acrilatos” quien nos ha puesto en contacto con otras entidades con quienes trabajan para presentar nuestra obra e invitarlas a colaborar en esta misión. Por su mediación, la empresa de pinturas “Isaval” nos ha donado 615 litros de pintura; la compañía “Pamesa Cerámica”, 550 m2 de azulejo para pavimento y revestimiento; la constructora "Pavasal" ha hecho donación de 5000€ y la promesa de otros materiales que nos entregarán próximamente; y, finalmente, la empresa "Sika" nos ha entregado diversos suministros para la construcción (pegamento para cerámica, impermeabilizantes, pintura, mortero, .) valorados en más de 20.000€… No deja de sorprendernos cómo Dios mueve a tantas personas y entidades que se hacen “hermanos y hermanas” de tantos niños que ni siquiera conocen. Todo este material ha sido colocado en un contenedor, financiado por una familia de bienhechores conmovidos por la misión escolar en Perú, que partirá de Valencia el próximo 2 de marzo con previsión de llegar a Callao en la primera quincena de abril.
Tras este tiempo en Valencia llegó el momento de regresar a la misión. En principio teníamos billete de Iberia para regresar el 6 de febrero. Pero la prohibición de la entrada de extranjeros europeos no residentes a Perú decretada por su gobierno, provocó la cancelación del viaje y su retraso para el 16 de febrero. En la misma víspera de este día, una hora antes de acudir al aeropuerto, se nos avisa de una nueva cancelación. Sentimos la decepción, y cierta desesperación, de no poder regresar cuanto antes a la misión…Aparecía la tentación…“Señor, ¿será que no quieres que vayamos…?” Algún hermano nos animaba a descubrir en este acontecimiento una nueva Providencia del Señor. Y así fue. Una persona bienhechora que trabaja en la compañía aérea correspondiente intervino para ayudarnos, y nos consiguió un vuelo -sin tener que esperar a marzo- con escala en Méjico y sin coste adicional, lo cual fue una gran ayuda. De este modo, tras varias semanas de incertidumbres y retrasos, nuestro viaje a Callao Dios lo convirtió ¡en una peregrinación a la Madre de Dios, nuestra Señora de Guadalupe!, titular de nuestra Parroquia-Colegio.
Tras un largo vuelo, llevadero al transcurrir todo él de noche, llegamos a Ciudad de México el viernes a las 5 am. Tras avisar de nuestra llegada vino a recogernos Luis, esposo de Margarita, el matrimonio que durante estos días nos han acogido y acompañado durante estos días de una manera sorprendente y generosa, atentos a cualquier detalle que pudiéramos necesitar. Dotados de una gran calidad humana y hondura espiritual, con una profunda sensibilidad mariana y amor a los sacerdotes, nos han tratado, en sus propias palabras,"como a sus hijos"... que no han podido alumbrar. Sin duda, durante este día y medio, han ejercido una verdadera maternidad con nosotros. Este matrimonio son los responsables de la empresa encargada de la divulgación de la “Editorial Casals” en el estado de México. Por cuestiones de su trabajo han hecho varios viajes a España y, en uno de ellos, tuvieron oportunidad de conocer el “Oratorio de Niños Pequeños” del cual se quedaron maravillados y con la llamada interior de introducirlo en México...como así intentaron el año pasado en una primera experiencia truncada por el inicio de la pandemia.
Como decía, Luis tras recogernos en el aeropuerto nos llevó a un lugar cercano a la Basílica de Guadalupe para poder disfrutar de un "desayuno mexicano", muy diferente en cantidad y calidad a lo que estamos acostumbrados en España. De ahí ya fuimos directamente a la Basílica. La plaza donde se encuentra es realmente impresionante; limitada a la derecha por la antigua basílica de estilo barroco colonial, hundida e inclinada (como la torre de Pisa) por la falla de los cimientos,y a la izquierda, por la actual basílica, de unas dimensiones impresionantes para acoger a la inmensa cantidad de peregrinos que allí acuden. Entre medio de ambas, una gran estatua de san Juan Pablo II que recuerda el primer viaje de su pontificado, realizado precisamente a México. Tras un tiempo de oración a los pies de la tilma de Juan Diego donde quedó impresa la figura de la Virgen María, acudimos a las 10,30 am a concelebrar la Eucaristía en el mismo altar mayor de la Basílica, a escasos dos metros de la tilma. Aún siendo una celebración breve, pues no permiten más de media hora, la vivimos con una intensidad tal que se quedó grababa en el espíritu y que no deja de aflorar con suavidad en las horas y días siguientes. Evidentemente que rezamos por todos vosotros, por la misión, por tantas personas que han reconocido en ella una llamada a ser Providencia para los pequeños… y por otras tantas intenciones que llevamos nosotros en el corazón. Aún tuvimos tiempo de comprar estampas de la Virgen de Guadalupe y de Juan Diego para repartir entre los niños, colaboradores y feligreses de la misión, así como unas telas más grandes para colocar en las diferentes aulas del colegio.
Después de un último tiempo de oración ante la tilma, Luis, tras una breve visita por la ciudad, nos llevó a su casa para saludar y conocer a su esposa Margarita que nos ofreció un tentempié antes del viaje. La misma casa, en multitud de detalles, dejaba transparentar la vida de fe de este matrimonio. Nos despedimos y acudimos al aeropuerto donde inesperadas complicaciones nos obligaron a permanecer en México un día más, disfrutando de la acogida maternal de Luis y Margarita y planificando con ellos una posible peregrinación con niños y colaboradores a los pies de la Virgen de Guadalupe. La promesa queda hecha...
Ciertamente nos ha sorprendido que cuanto más débiles regresamos a Callao (pues henos aquí solo tres hermanos confrontados con una misión cada vez más amplia, porque el colegio crece y son cada vez más el número de niños que acuden a sus puertas) la Providencia nos haya conducido, por caminos insospechados, al seno de la Virgen María. Ella es la Madre de los Pobres, y nosotros ahora, así lo sentimos, nos vemos más pobres que nunca. Como ocurre con los niños pequeños, que cuanto más desamparados se encuentran, más se acerca a ellos su madre para llenarlos de consuelo, confianza y valentía, así ha querido hacer la Virgen María con nosotros. Y recordarnos aquellas palabras que ella dirigió a Juan Diego cuando más pobre e incapaz se sentía ante los continuos fracasos en su encargo de convencer al Obispo Zumárraga de las palabras y deseos de la Virgen María:
“Hijo mío, el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige; no se turbe
tu corazón. ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿Acaso no estás bajo mi sombra y
amparo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás por ventura en mi regazo y entre
mis brazos? ¿Qué más te hace falta?”.
Tales palabras, esculpidas en la Basílica debajo de la tilma de Juan Diego, nos lanzan de nuevo con renovada confianza a la misión encomendada.
———CÓMO AYUDARNOS———
Donaciones dirigidas a apoyar la Misión en el Colegio «Ntra. Sra. de Guadalupe» del Callao (Perú).
MISIÓN PERÚ: ES28 2038 9933 1360 0063 4827 BANKIA
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